Imagínese que se despierta con la noticia de que la asombrosa cantidad de 400 millones de dólares ha desaparecido de la noche a la mañana de una importante bolsa de criptomonedas. No se trata de una escena de una película de suspense, sino de la realidad de una sofisticada conspiración de piratería telefónica que sacudió los cimientos del mundo de las criptomonedas. El gobierno federal de los EE. UU. ha presentado cargos contra tres personas, Robert Powell, Carter Rohn y Emily Hernandez, por sus funciones en una audaz operación de intercambio de SIM que tuvo como objetivo a no menos de 50 víctimas durante dos años.
El punto culminante de esta operación fue el audaz robo a FTX, el exchange de criptomonedas de Sam Bankman-Fried, durante su tumultuoso colapso. Una acusación de 18 páginas arroja luz sobre las complejidades de este plan, acusando al trío de conspiración para cometer fraude electrónico y robo de identidad. ¿Su acto más audaz? El 11 de noviembre de 2022, se infiltraron en FTX, desviando 400 millones de dólares en moneda digital en un movimiento que dejó a la comunidad de criptomonedas en estado de shock.
¿Cómo lograron llevar a cabo un atraco tan monumental? La respuesta está en el arte del intercambio de SIM, una técnica en la que los piratas informáticos obtuvieron el control del número de teléfono de un empleado de FTX a través de AT&T, lo que facilitó su transferencia ilícita de millones en criptoactivos. Este incidente no solo pone de relieve las vulnerabilidades de la seguridad digital, sino que también responde a la pregunta persistente en la saga FTX: la misteriosa desaparición de una cantidad significativa de criptomonedas en el momento más oscuro del exchange.
La revelación de estos cargos aporta una nueva capa de comprensión a las complejidades y los riesgos inherentes al espacio de las divisas digitales, lo que subraya la importancia de unas medidas de ciberseguridad sólidas para protegerse contra amenazas tan sofisticadas.