Coinbase, el mayor exchange de criptomonedas en EE. UU., sufrió recientemente un hackeo. Los atacantes no entraron utilizando tecnología sofisticada. En cambio, emplearon ingeniería social. Esto significa que engañaron a personas para que les ayudaran. En este caso, los hackers sobornaron a agentes de atención al cliente de Coinbase en India. Los agentes les dieron acceso a información privada de los clientes.Luego, los hackers utilizaron esos datos para hacerse pasar por Coinbase y convencer a los usuarios de que les enviaran criptomonedas. Este tipo de amenaza interna está creciendo y pone en riesgo incluso a los exchanges más importantes.
El hackeo salió a la luz después de que Coinbase recibiera un correo electrónico del atacante. El mensaje decía que el hacker tenía una gran cantidad de datos privados de usuarios y quería 20 millones de dólares en Bitcoin para guardar silencio. Coinbase se negó a pagar. En cambio, dijo que reembolsaría a cualquier usuario que hubiera perdido dinero y ofreció 20 millones de dólares a quien pudiera ayudar a atrapar al hacker. La compañía admitió que los atacantes tuvieron acceso a datos personales como nombres, direcciones, fotos de documentos de identidad y saldos de cuentas durante meses.
Esta violación de datos es grave. En el mundo de las criptomonedas, la privacidad es muy importante. Cuando alguien obtiene nombres y direcciones vinculados a cuentas de criptomonedas, puede averiguar quién tiene grandes tenencias. Esto crea un peligro real. En Francia, los delincuentes ya han secuestrado a personas conectadas con criptomonedas, apuntando a ellas para obtener un rescate. El hackeo de Coinbase muestra cuán expuestas pueden estar incluso las plataformas más grandes cuando los datos de los clientes no están completamente protegidos.
Coinbase supo por primera vez sobre la violación de datos en enero. Según Bloomberg News, los hackers tuvieron acceso continuo a información confidencial durante semanas. La compañía no reveló cuánto cripto se robó, pero las estimaciones sugieren que el hackeo podría costarle a Coinbase hasta 400 millones de dólares. Si esa cifra es correcta, sería uno de los mayores hackeos de criptomonedas de la historia, ocupando el octavo lugar según datos de Elliptic.
La forma en que ocurrió este hackeo es una advertencia. En lugar de utilizar errores de software o ataques directos, los delincuentes confiaron en personas dentro del sistema. Los ataques de ingeniería social como este están aumentando. A principios de este año, el exchange de criptomonedas Bybit perdió 1.500 millones de dólares en el mayor hackeo que la industria haya visto hasta ahora, y ese ataque también involucró ingeniería social. Estas amenazas internas muestran que incluso si el código de una empresa es sólido, su personal aún puede ser un punto débil.
Coinbase ahora enfrenta más que solo el costo de los reembolsos. Los analistas de Bloomberg Intelligence dicen que el hackeo podría provocar un aumento del 3% al 8% en los gastos operativos de la compañía. Eso podría reducir los ingresos estimados de Coinbase para 2025 hasta en un 20%. Estos costos adicionales llegan en un momento difícil. El mismo día que Coinbase habló sobre el hackeo, el New York Times informó que la compañía también está siendo investigada por la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC). El informe decía que Coinbase podría haber declarado incorrectamente el número de usuarios. La compañía dice que esto se debe a una investigación anterior que comenzó durante la administración Biden. Coinbase también afirma que dejó de informar la métrica en disputa hace más de dos años.
El hackeo de Coinbase plantea preguntas más amplias sobre cuán segura es realmente la criptomoneda. Mucha gente confía en los grandes exchanges como Coinbase porque están regulados y cotizan en bolsa. Pero este hackeo demuestra que incluso los nombres más importantes de la industria pueden ser afectados. No solo las plataformas pequeñas y desconocidas son atacadas. El exchange más grande de EE. UU. perdió el control de los datos de los usuarios debido a la ayuda interna.
Los riesgos para la privacidad como estos pueden causar más daño que la criptomoneda robada en sí. Cuando los hackers obtienen información personal, pueden usarla para rastrear a las personas, apuntarlas para estafas o incluso para crímenes físicos como secuestros. Los usuarios de criptomonedas ya son objetivos de alto riesgo, y perder sus datos los hace más vulnerables.
Este tipo de daño también puede afectar a todo el mercado de criptomonedas. A medida que más exchanges enfrentan hackeos y mayores costos de seguridad, podrían trasladar esos costos a los usuarios. También podrían reducir la innovación o retrasar nuevos productos para ahorrar dinero. El incidente de Coinbase podría impulsar a otros exchanges a revisar cómo manejan la atención al cliente y el acceso de los empleados. Podría conducir a nuevas reglas sobre cómo las empresas de criptomonedas gestionan los datos privados y quién puede verlos.
El momento del hackeo de Coinbase también es importante. Ocurrió justo antes de que las acciones de la compañía estuvieran a punto de ser agregadas al índice S&P 500. Ese es un gran paso para cualquier empresa, mostrando que ha alcanzado un cierto nivel de tamaño y estabilidad. Pero el hackeo y la investigación de la SEC dejan claro que Coinbase aún enfrenta desafíos importantes. Estar en el S&P 500 no la protegerá de amenazas como ataques internos o escrutinio gubernamental.
Los hackeos de criptomonedas como este no son raros. De hecho, se están volviendo más comunes. Desde demandas de ransomware en Bitcoin hasta ingeniería social en centros de soporte, los atacantes están utilizando nuevos métodos para ir tras objetivos grandes. Los exchanges necesitan invertir más en la capacitación del personal y el monitoreo de la actividad interna. También necesitan proteger los datos de los usuarios, como nombres, direcciones y fotos de identificación, con la misma precaución con la que protegen la criptomoneda misma.
La pérdida de 400 millones de dólares por el hackeo de Coinbase podría terminar siendo solo parte del costo. El problema más grande podría ser la pérdida de confianza. Si los usuarios no sienten que sus datos están seguros, pueden optar por no mantener sus activos en los exchanges. Eso podría impulsar a más personas a utilizar almacenamiento en frío o migrar a plataformas con políticas de privacidad más sólidas.
Coinbase no está sola en esta lucha. Toda la industria de las criptomonedas necesita tomarse en serio las amenazas internas. Los ataques de ingeniería social son ahora uno de los principales riesgos, especialmente con tanto dinero involucrado. Los hackers ya no necesitan herramientas tecnológicas avanzadas; solo necesitan a alguien dentro dispuesto a ayudar.
Este evento también puede conducir a un mayor interés por parte de los reguladores. Agencias como la SEC ya están examinando cómo las empresas de criptomonedas informan sus datos. Una violación importante que involucra información robada de clientes y empleados sobornados probablemente aumentará la presión para un control más estricto.
Mientras Coinbase se prepara para un hito importante en sus acciones, ahora debe lidiar con las consecuencias de uno de los ataques internos más dañinos que la industria haya visto. Para los usuarios e inversores de criptomonedas, el mensaje es claro: incluso las plataformas más grandes y confiables pueden ser vulnerables. La privacidad y la seguridad siguen siendo prioridades principales en una industria que todavía está encontrando su lugar.