La Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA) han abierto investigaciones a más de 200 empresas públicas que anunciaron estrategias de tesorería en criptomonedas este año. Los reguladores están investigando si se produjo uso de información privilegiada antes de estos anuncios, después de detectar picos inusuales en los precios de las acciones y los volúmenes de negociación. Algunas empresas vieron sus acciones subir entre un 20 y un 40 por ciento en los días previos a la divulgación de planes para agregar Bitcoin, Ethereum o Solana a sus balances.
Estas investigaciones se centran en si los iniciados de la empresa, los corredores o los proveedores compartieron información material no pública antes de que se hiciera pública. La Regulación Fair Disclosure (Regulación FD) exige que las empresas brinden a todos los inversores igualdad de acceso a la información. La SEC y la FINRA creen que las repentinas subidas de las acciones y las órdenes de compra agrupadas sugieren que no todo el mundo siguió esta regla. La FINRA también ha enviado cartas recordando a las empresas sus obligaciones de la Regulación FD, a menudo consideradas el primer paso antes de una acción más formal.
El impulso de las empresas por copiar el enfoque de MicroStrategy de poseer grandes cantidades de Bitcoin ha atraído una atención generalizada. Las tesorerías corporativas de criptomonedas ahora pretenden recaudar más de $100 mil millones este año para comprar activos digitales. Esto marca un cambio importante en la forma en que las empresas tradicionales ven las criptomonedas, ya que la posesión de monedas como Bitcoin o Ethereum ya no se limita a las empresas emergentes centradas en la tecnología. GameStop, Trump Media & Technology Group y SharpLink Gaming se encuentran entre las empresas que los reguladores marcaron por actividad bursátil inusual vinculada a los planes de tesorería en criptomonedas.
El caso de Bitmine, una empresa de minería de Bitcoin, muestra la magnitud del problema al que se enfrentan los reguladores. Bitmine anunció una estrategia de tesorería en Ethereum a finales de junio. Sus acciones saltaron de $4.67 a $46.58 en pocos días, un aumento del 1,000 por ciento. Un ascenso tan rápido planteó dudas sobre si el mercado se movió por filtraciones de información privilegiada. Otras empresas, incluidas Sharplink y ETHZila, también vieron grandes ganancias en sus acciones vinculadas a la adopción de criptomonedas.
La SEC está utilizando herramientas de vigilancia del mercado para rastrear las operaciones hasta los individuos. Esto incluye verificar si los empleados o contratistas compraron acciones antes de los anuncios. La FINRA también está revisando los correos electrónicos, las llamadas telefónicas y los registros de chat de los corredores de bolsa en busca de signos de filtraciones. Los investigadores quieren saber si los corredores o los iniciados informaron a amigos o socios sobre las próximas noticias. Si se prueba, esto contaría como uso de información privilegiada según la ley de valores.
Las empresas públicas que exploran estrategias de tesorería en criptomonedas ven los activos digitales como una cobertura contra la inflación y una forma de diversificar las reservas. Bitcoin, Ethereum y Solana siguen siendo las principales opciones para estas empresas. Los partidarios argumentan que agregar criptomonedas a los balances podría fortalecer el crecimiento a largo plazo, mientras que los críticos advierten que las fluctuaciones extremas de los precios pueden perjudicar a los accionistas. Las investigaciones destacan la tensión entre la innovación en las finanzas y las reglas diseñadas para mantener la equidad de los mercados.
Esta no es la primera vez que los reguladores intervienen en este espacio. La SEC ha investigado previamente las ofertas de tokens y los intercambios de criptomonedas. Ahora está ampliando su enfoque a las tesorerías corporativas. Los funcionarios argumentan que la adopción de criptomonedas no libera a las empresas de las leyes de valores tradicionales. Al recaudar capital para comprar activos digitales, las empresas siguen estando sujetas a las mismas normas de divulgación e intercambio que antes.
El creciente interés en las tesorerías de criptomonedas también apunta a la influencia de MicroStrategy, que comenzó a comprar Bitcoin en 2020. Desde entonces, docenas de empresas la han seguido, desde grandes corporaciones hasta empresas más pequeñas que buscan la atención del mercado de valores. La SEC y la FINRA temen que la prisa por anunciar la adopción de criptomonedas haya creado oportunidades para el uso de información privilegiada. Las acciones vinculadas a estos anuncios a menudo se han movido bruscamente antes de que la noticia se hiciera pública.
En el centro del debate está si los inversores recibieron un trato justo. La Regulación Fair Disclosure fue escrita para evitar filtraciones selectivas que favorecen a algunos inversores sobre otros. Cuando los precios de las acciones suben entre un 20 y un 40 por ciento antes de los anuncios oficiales, los reguladores se preocupan de que el mercado no esté operando en igualdad de condiciones. Las cartas de la FINRA sirven como advertencias, pero también podrían conducir a casos de cumplimiento si la evidencia respalda las reclamaciones.
Por ahora, las empresas permanecen bajo revisión. Los reguladores continúan recopilando datos y monitoreando las operaciones. Los inversores están observando de cerca, ya que el resultado podría determinar cómo se desarrolla la adopción de criptomonedas corporativas. Una ofensiva podría ralentizar el ritmo al que las empresas se mueven hacia Bitcoin, Ethereum o Solana. Por otro lado, una guía clara de los reguladores podría ayudar a establecer reglas sobre cómo deberían operar las tesorerías de criptomonedas.
Hay mucho en juego. Con más de $100 mil millones planeados para compras de criptomonedas, el vínculo entre Wall Street y los activos digitales es más fuerte que nunca. Haya ocurrido o no uso de información privilegiada, las investigaciones muestran que la SEC y la FINRA tienen la intención de vigilar de cerca a medida que las empresas incorporan las criptomonedas más profundamente en sus balances. Los inversores, las empresas y los reguladores tendrán que navegar juntos por esta nueva etapa del mercado.