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El innovador impulso de la administración Biden hacia el uso de la verificación criptográfica para las comunicaciones oficiales está abogando sutilmente por un cambio monumental hacia la transparencia gubernamental. Esta iniciativa es similar a la defensa de una cadena de bloques pública, idealmente como un paquete acumulativo de Capa 2 (L2), con el objetivo de obtener registros inmutables de declaraciones y políticas gubernamentales.
Con la tecnología de cadena de bloques, cada comunicación oficial se vuelve permanente y de acceso público, actuando como un suero de la verdad definitivo. No se trata solo de combatir las falsificaciones profundas o la desinformación; se trata fundamentalmente de mejorar la rendición de cuentas. Un sistema de cadena de bloques, desprovisto de privilegios de administrador para alterar registros, garantiza que las comunicaciones gubernamentales sean un libro de historia digital e inmutable para todos.
Una cadena de bloques con permisos, con su estructura de datos de solo anexar, se identifica como el enfoque pragmático para dicha cadena de transparencia. Esta solución L2, que se beneficia de la seguridad de una cadena de bloques pública de Capa 1 (L1), ofrece una estructura híbrida que combina eficiencia con cimientos seguros y resistentes a manipulaciones.
Esta estrategia va más allá de frustrar a los creadores de falsificación profunda; tiene como objetivo prevenir cualquier intento no autorizado de reescribir la historia, asegurando así la transparencia y la rendición de cuentas gubernamentales digitales. Es un enfoque dual para luchar contra las falsificaciones profundas al tiempo que solidifica la base de la transparencia gubernamental.
El asesor de inteligencia artificial de Biden, Ben Buchanan, ha destacado los esfuerzos para verificar criptográficamente los comunicados de la Casa Blanca en medio de las crecientes preocupaciones sobre las falsificaciones profundas generadas por IA con el objetivo de desinformar. Con el creciente uso de la IA generativa para crear contenido falso, la necesidad de una comunicación verificable y auténtica nunca ha sido tan crítica.
En última instancia, las iniciativas tecnológicas de la administración Biden apuntan a un futuro en el que cada declaración y acción oficial no solo sea transparente, sino que también sea permanentemente visible y verificable, lo que marca un salto significativo hacia una era de gobernanza no editable y públicamente responsable.