Nayib Bukele: La historia del presidente de El Salvador
Antes de convertirse en uno de los líderes más populares del mundo, Nayib Bukele se dedicó a la publicidad. Ahora, como presidente de El Salvador, Bukele es conocido por autodenominarse el «dictador más genial del mundo» y el «rey filósofo». Sin embargo, es ante todo un antiguo publicista que comprende el poder de la imagen, tanto la propia como la de su país.
El ascenso de Nayib Bukele
En junio, desde su despacho presidencial en San Salvador, Bukele concedió su primera entrevista en tres años a un periodista extranjero. Llevaba ropa oscura y, mientras hablaba, unos coloridos pavos reales se paseaban fuera. «Un líder debe ser filósofo antes de ser rey», dijo Bukele, reclinado en su silla.
Bukele se ha labrado un nombre transformando El Salvador. Con sólo 43 años, ha convertido a un país conocido antaño como la capital mundial del asesinato en una nación más segura que Canadá, según datos del Gobierno salvadoreño. Su política de mano dura ha llevado a una enérgica represión de las pandillas, con la detención de 81.000 personas y una importante disminución de los homicidios. Hoy, los salvadoreños pueden transitar libremente por zonas antes controladas por las pandillas y disfrutar de parques y vida nocturna.
El Salvador se promociona ahora como la «tierra del surf, los volcanes y el café», y acoge eventos como el certamen de Miss Universo y atrae a turistas y entusiastas de las criptomonedas a lugares costeros como Bitcoin Beach. La transformación del país llevada a cabo por Bukele le ayudó a ganar fácilmente la reelección, y sus índices de aprobación superan actualmente el 90%, según una encuesta de CID Gallup.
El polémico gobierno de Bukele
Pese a su popularidad, Bukele ha sido criticado por desafiar los límites constitucionales y legales. Desde 2022, ha gobernado en virtud de poderes de emergencia que suspenden libertades civiles fundamentales, como el debido proceso. Su régimen de seguridad permite detener sin orden judicial, incluso a menores de 12 años, y juicios masivos a sospechosos. Hoy, uno de cada 57 salvadoreños está encarcelado, lo que confiere a El Salvador la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, incluso superior a la de Estados Unidos.
El gobierno de Bukele también destituyó a los principales jueces y los sustituyó por partidarios, lo que le permitió eludir una prohibición constitucional y presentarse con éxito a un segundo mandato. Su administración ha sido acusada de violaciones de los derechos humanos, como detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas y torturas. Sin embargo, Bukele rechaza estas críticas, alegando que son un pequeño precio a pagar por la seguridad de los 6 millones de habitantes del país.
El milagro Bukele y su impacto
Muchos en El Salvador ven a Bukele como un líder visionario que ha aportado seguridad y estabilidad a un país antaño peligroso. Sus métodos le han convertido en un modelo a seguir para otros líderes de América Latina, deseosos de replicar lo que denominan «el milagro Bukele». Sin embargo, existen dudas sobre la sostenibilidad a largo plazo de sus políticas.
Aunque la mayoría de los salvadoreños están satisfechos con la actual situación de la democracia en el país, el 61% afirma temer alzar la voz sobre sus problemas, según una encuesta de Latinobarómetro. Los críticos sostienen que Bukele es un hombre fuerte experto en redes sociales que sabe manipular la opinión pública. También les preocupa que su enfoque en materia de seguridad pueda cambiar cuando los desafíos económicos, como la pobreza y la inversión extranjera, se vuelvan más acuciantes.
El camino de Bukele hacia la presidencia
Nayib Bukele nació en San Salvador y se crió en una familia adinerada de diez hermanos. Su padre, Armando Bukele Kattán, era un exitoso empresario e imán de ascendencia palestina. Bukele asistió a un colegio privado y se mantuvo al margen de la guerra civil que asoló El Salvador en la década de 1980.
Bukele cursó brevemente estudios universitarios para ser abogado, pero los abandonó para regentar una discoteca, un concesionario Yamaha y una empresa de publicidad política. En 2012, decidió presentarse a la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, un pequeño pueblo cercano a la capital. Su campaña prometió convertir al pueblo en un modelo de desarrollo moderno, y pronto se hizo popular por sus ideas innovadoras y su presencia en las redes sociales.
En 2015, Bukele se presentó a la alcaldía de San Salvador y ganó. Continuó promoviendo grandes proyectos públicos, como la construcción de un llamativo mercado e iluminación en cada esquina de la ciudad para luchar contra la delincuencia. Su estrategia en redes sociales lo hizo más popular que el presidente en ejercicio y proyectó una imagen de irreverencia moderna, vistiendo a menudo ropa informal y una gorra de béisbol al revés.
Ruptura de Bukele con la tradición
En 2017, Bukele había dejado atrás al partido de izquierdas FMLN que lo había apoyado en el pasado. Tras una serie de enfrentamientos con los líderes del partido, fue expulsado y rápidamente fundó su propio partido, Nuevas Ideas. En 2019, se presentó a la presidencia como populista antisistema, utilizando las redes sociales para hacer campaña y conectar con los votantes. Con sólo 37 años, Bukele ganó la presidencia con el 53% de los votos.
Una vez en el cargo, Bukele modernizó rápidamente el palacio presidencial y puso en marcha ambiciosos proyectos para renovar la capital y atraer inversión extranjera. En 2021, acaparó titulares en todo el mundo al convertir a El Salvador en el primer país en utilizar Bitcoin como moneda de curso legal, con la esperanza de impulsar la economía y desviar la atención del pasado violento del país. Aunque la medida no ha tenido la adopción generalizada que Bukele esperaba, ha logrado situar a El Salvador en el mapa mundial.
Luchas y éxitos de las políticas de Bukele
En marzo de 2022, la frágil tregua entre Bukele y las pandillas colapsó, lo que provocó un aumento de la violencia. Bukele respondió implementando una nueva política de **mano dura